Los votos de matrimonio

Este texto fue editado a partir de las transcripciones de cinco ceremonias de matrimonio conducidas por Chagdud Tulku Rinpoche entre 1988 y 1993.

Tomar los votos de matrimonio no son sólo una una ceremonia externa. Aún más importante es lo que representan: un compromiso interno, mental. Entender el contexto mayor de los votos de matrimonio es necesario para saber cómo mantener su compromiso a lo largo de la vida.

Considerando las diferentes categorías de seres existentes en el universo, el hecho de ser humanos implica que hemos alcanzado una situación muy afortunada y poco común, con una incomparable base para avanzar en el desarrollo espiritual. No obstante, de no reconocer la preciosidad de nuestra vida humana, la desperdiciaremos tal como alguien que encuentra un buen trozo de oro y que, sin reconocer su valor, hace mal uso de él, quizás como un tope para sostener su puerta. Ahora estamos ante oro en bruto, y somos como un minero que aún no sabe que la verdadera naturaleza del mineral -de nuestra mente- es el oro. Usar bien la oportunidad que nos ofrece esta vida humana significa transformarnos en un minero que sabe cómo refinar el oro, que es decir, revelar nuestra pureza inherente, nuestra naturaleza divina.

En el matrimonio, cada miembro de la pareja puede apoyar y a la vez apoyarse en el camino espiritual del otro, sosteniéndose mutuamente y ayudando para que el potencial de la vida humana no sea desperdiciado. Esto es muy importante, pues la oportunidad que tenemos como humanos es definitivamente breve. Es natural desear permanecer juntos por un largo tiempo, pero no hay manera de saber con certeza el tiempo de duración de sus vidas y de su relación. Todo en nuestras experiencias es impermanente. Hace mucho tiempo atrás, este universo que habitamos aún no existía, y un día el mismo universo será de nuevo reducido a nada. Hubo un tiempo en que nuestro cuerpo físico aún no existía, y un día éste también desaparecerá. De todos las personas que vivieron cien años atrás en esta tierra, ¿cuantas todavía están aquí? Y de las personas que están vivas hoy, ¿cuantas estarán todavía aquí dentro de cien años? Si la impermanencia es entendida por ambos en el matrimonio, la importancia de usar bien el tiempo que están juntos será evidente.

Desde un comienzo, necesitan pensar claramente cuál será la dirección que tomará su matrimonio. Simplemente pasar tiempo juntos no es lo más importante; lo importante es cómo usarán ese tiempo en que estarán juntos. El matrimonio significa comprometerse a que de ahora en adelante y por el resto de sus vidas vivirán en armonía -con alegría, amor, afecto- y con la intención de beneficiarse mutuamente al máximo posible. Esto significa el esfuerzo por colocar diariamente la felicidad de su pareja por delante de la suya, tanto a un nivel mundano como espiritual. De esta manera, casarse significa tomar la decisión de atender las necesidades del otro y contribuir a su crecimiento espiritual. El amor genuino y altruista que ustedes expresen por su pareja será la virtud que traerá felicidad en esta vida y plantará las semillas de la felicidad futura.

Cada uno de ustedes ha escogido a su cónyugue de entre todas las flores de este jardín planetario. Así, es importante que usted encare el matrimonio con altruismo, con la intención de beneficiar al otro lo más posible, en la alegría y en la tristeza, felicidad e infelicidad. Si el hombre y la mujer comienzan su relación con la mutua expectativa de “ésta mujer es ahora mi esposa; su deber es hacerme feliz, darme lo que necesito’’ y “éste hombre es ahora mi marido, él debe darme felicidad, él debe satisfacerme’’, lo único que se creará serán problemas. En lugar de partir exigiendo algo del otro y esperarndo algo para sí mismo, el compromiso debiera ser de uno con el otro, asumiendo cada uno la responsabilidad por la felicidad de su pareja. Piensen que todo lo que hagan o digan al otro le afectará. Aprendan cómo traerse mutuamente felicidad, o paz espiritual.

Si ambos se preocupasen siempre por la felicidad del otro, nunca se separarán. Esa es la forma en que su vínculo no podrá ser quebrado.

Por el contrario, si ustedes ponen la responsabilidad de su felicidad en su cónyuge, si sienten que él o ella les debe algo, solamente verán las fallas de su pareja. Si su motivación fundamental fuera la esperanza de que el otro lo hará feliz, entonces su matrimonio no será tan fácil, y su felicidad no durará. Acercarse al matrimonio con un punto de vista egocéntrico, establece automáticamente circunstancias que malograrán la posibilidad de un bien mayor. Pero si su motivación es traer felicidad a la otra persona, ambos serán felices tanto a corto plazo como a largo plazo, y traerán felicidad a quienes los rodean. Este es el significado del suceso tanto en el sentido mundano como espiritual.

La felicidad que experimentamos en la vida depende de nuestra motivación. Y nuestra motivación es tan importante en el matrimonio como en cualquier otra área humana. Aunque una motivación altruista no sea lo mismo que bodichita que posee un ámbito mayor- el beneficio temporario y definitivo para todos los seres-es una manera de practicar el altruismo de una manera más directa con la persona que está ahí, a su lado. Y usted puede usar la relación con su cónyuge como un modelo para relacionarse con el resto del mundo.

Para mantener su compromiso, ustedes necesitan estar preparados para enfrentar los obstáculos con coraje. Aunque, aspiremos a lo divino, fricciones pueden suceder. Nadie es perfecto. En nuestras relaciones, es común enfrentarnos con emociones negativas, mezquinas, pensamientos egoístas, y todo tipo de estados físicos y mentales, algunos agradables y otros no tanto. Estas cosas pondrán a prueba su compromiso – él debe ser capaz de soportar lo que pueda suceder. Lo importante no es lo que vendrá, sino como lidiar con eso, como trabajar para garantizar que su matrimonio dure toda la vida.

Comprométanse a ayudarse uno a otro, a ser amigos uno del otro, en cualquier circunstancia. Cuando aparezcan dificultades, no importa si son grandes o pequeñas, no les den tanta importancia. Recuerden que su pareja es un ser humano no un dios. Enfóquense en sus buenas cualidades y no se apeguen a las dificultades. Cuando el problema surja, recuerde que todos somos seres humanos y déjenlo de lado. Durante los tiempos difíciles recuerden que su unión es para toda la vida, su deber es hacer lo mejor. No hay tiempo para discusiones Además pensar que usted tiene la razón y el otro está equivocado es un engaño que perpetúa el sufrimiento En su lugar sean pacientes y recuerden que el único beneficio en la hora de su muerte será la virtud creada en esta vida Si en el día a día mantuviesen esta perspectiva las discusiones serán resueltas y usted desenvolverá la paciencia, el amor, la compasión y la aceptación, cualidades que mejorarán sus relaciones.

Su motivación altruista en el matrimonio da cuerpo a la primera de las seis perfecciones – la generosidad, práctica que es uno de los excelentes medios para acumular mérito y aumentar las cualidades virtuosas. A través del amor y compromiso, ahora y en el futuro, mientras mantengan en sus corazones el amor uno por el otro, mientras hablen de su amor uno para el otro, cuando intercambien las alianzas como símbolo físico de su vínculo, estarán expresando la cualidad de la generosidad. El compromiso de que de ahora en adelante usarán su cuerpo, habla, y mente para hacer feliz uno al otro, es más una expresión de esa generosidad.

También traen para el matrimonio la segunda perfección, la disciplina moral. Lo cual significa vivir juntos de acuerdo con principios mayores, eliminando hábitos que no sirven para la relación; como comportamientos mezquinos, egoístas, desarmoniosos, y acentuando cualidades positivas y altruistas como bondad amorosa, que trae gran beneficio. Su camino espiritual es un camino de virtud, que trae alegría y felicidad a los otros, y evitando acciones descuidadas que puedan causar mal o infelicidad. Como practicantes ustedes deben usar su cuerpo, habla y mente para protegerse y proteger su relación de obstáculos potenciales o negatividades e intentar hábilmente beneficiarse uno a otro. Si su foco fuesen las necesidades de su pareja, entonces habrán encontrado una poderosa manera de evitar problemas.

No hay dudas que la vida de a dos es un desafío No se amarren a la idea de como el matrimonio debe funcionar, al contrario, aprendan como no perturbar uno al otro, como alcanzar más y más alegría y armonía. Cuando sucedan cosas que no sean de su agrado, intente trabajar con la aversión en sus propias mentes en el contexto de su práctica del Dharma en lugar de intentar cambiar el modo de ser de su pareja.

Esto también es importante ante la decisión de tener hijos. Cuando el trato entre ustedes es con respeto y amor e intentan resolver pacíficamente los problemas, sus hijos tendrán un modelo a seguir para desenvolver con suceso sus propias relaciones.

La tercera perfección la paciencia, es una de las cualidades más importante que pueden traer al matrimonio. Prometan mantener siempre la armonía y recuerden que independientemente de los cambios externos o emocionales por los cuales su pareja está pasando, él o ella no es un buda. Su compañero es un ser humano y lidia con sus propios problemas. Intente lidiar con eso con compasión y paciencia, manteniendo el foco del vínculo que los une y no en los problemas. Intenten no enfadarse con las dificultades que invariablemente aparecerán cuando las personas viven juntas. Al menos no queden atrapados en ellas, intenten resolverlas inmediatamente.

Su práctica de paciencia traerá grandes beneficios a corto plazo, en el contexto de su matrimonio, y también a largo plazo. Cuando practican la virtud, especialmente una virtud poderosa como la paciencia, infaliblemente el resultado será una gran felicidad futura, lo que puede ser llamado de experiencia de paraíso o tierra pura. A través de la rabia hiriendo los sentimientos de su pareja, a través de su deseo egoísta, sin pensar en lo que lo haría feliz, pero si en sus propios deseos egoístas, y a través de la ignorancia, no consiguiendo discernir cuales son los comportamientos verdaderamente perjudiciales y cuales los beneficiosos, ustedes estarán creando sufrimiento a corto y largo plazo. Pues el paraíso y el infierno no existen afuera de ustedes. Son reflejos de los aspectos positivos y negativos de sus propias mentes.

Mantener el compromiso que realizaron uno con el otro como marido y mujer, requiere diligencia, la cuarta perfección. Es necesario un gran esfuerzo para mantener verdadera su unión, empeñándose tanto en el contexto mundano como en el de su práctica espiritual para poder ayudarse uno a otro a alcanzar sus objetivos y traer beneficios para ambos y para los otros. Todos los modelos de compañerismo en el camino son cruciales y nuestro desarrollo como practicantes espirituales, y las cualidades de nuestros amigos pueden influenciarnos mucho. Por eso es importante que usen su matrimonio como una oportunidad de apoyo a la práctica de cada uno en el Dharma , no permitiendo que las acciones del otro, sus palabras , o actitudes se tornen obstáculos en su camino espiritual. Esto requiere una práctica espiritual diligente, intentándolo no apenas una o dos veces, pero sí alcanzar estas metas a lo largo de toda su vida juntos.

Recuerden siempre su vínculo, manteniéndolo en sus corazones y no permitiendo nunca que se quiebre, envuelve a la quinta perfección, la estabilidad meditativa. Esto significa enfocarse en aquello que traerá felicidad para ustedes y para los otros. No importa lo jóvenes y atractivos que ustedes sean hoy cuando hacen juntos sus votos. La belleza física no durará eternamente. No se enfoquen en ella. Recuerden que todo en este mundo está sujeto a la decadencia. Todo lo que es compuesto, que se une, en el final se separa. Pero cuando están juntos, pueden traer alegría uno al otro, pueden crear virtud y pueden apoyar su propia práctica espiritual en la de su pareja. Aunque esta vida sea corta, la ligación que ustedes establecieron a través de la unión positiva y a través de la práctica espiritual continuará beneficiando a ambos por varias vidas futuras.

Finalmente, ustedes traen para el matrimonio la sexta perfección, la sabiduría, del conocimiento trascendental, independiente de las alegrías y tristezas de sus experiencias, como individuos y como par, recuerden que estos momentos pasajeros son como ecos, ilusiones, que vienen y van. Que nada de lo que ustedes experimentan posee una existencia inherente. Toda la experiencia de nuestra vida es como un sueño nocturno lleno de alegría y pesar, felicidad y tristeza. Y de la misma manera que despertamos por la mañana y vemos que nada ocurrió realmente, podemos ver nuestras experiencias pasadas en nuestras vidas y ver que fueron ilusorias. Tantos momentos de felicidad y tristeza ya pasaron.

Comprender la naturaleza profunda de nuestra experiencia no significa desconsiderar nuestras experiencias felices. Todavía nosotros sentimos alegría, pero al mismo tiempo percibimos que ella no era real como pensábamos. Cuando estamos infelices, recordamos que nuestra infelicidad también es pasajera. Esta perspectiva ayuda a reducir nuestro apego a las cosas que de cierta manera ocurren, así como nuestra aversión a las dificultades. Percibimos que no son las condiciones externas las responsables por nuestra felicidad o infelicidad, pero sí la manera en que reaccionamos a esas experiencias. Esos trae la aceptación y el equilibrio a nuestras vidas.

Intenten mantener una conciencia ininterrumpida de su verdadera naturaleza, que está más allá de los extremos de la felicidad y tristeza, placer y dolor, esperanza y miedo. Aunque parezcan personas comunes, si tuvieron una ligación interna con la esencia de su práctica, al mismo tiempo que hacen su trabajo diario, obtendrán un poderoso beneficio, si tuvieran esa visión, no importa donde ustedes vivan, lo que vistan, como pueden actuar.

La perfección de la sabiduría, en su punto más profundo, es corporizada por la unión del masculino y femenino que es fundamental al camino espiritual del Budadharma. El aspecto manifestado por todos los fenómenos corresponde al principio masculino de los medios hábiles y a la verdadera naturaleza de esos fenómenos, vacuidad, el aspecto femenino de la sabiduría, o conocimiento trascendental. Si examinamos cualquier elemento de nuestra experiencia encontramos que su propia naturaleza es vacuidad, con todo, las cosas todavía aparecen así. Forma y vacuidad, vacuidad y forma existen en unión una con otra. La comprensión de la inseparabilidad de la vacuidad de los fenómenos es su apariencia y la cualidad trascendental que debe ser cultivada y nutrida durante vuestra vida juntos.

En la sociedad humana, el vínculo entre el hombre y la mujer es la expresión de esa verdad más profunda, el matrimonio es una expresión de esa armonía. Esto otorga una dimensión más profunda al matrimonio de dos individuos que están envueltos en el camino del Dharma, porque ellos poseen medios para incorporar en sus vidas esta unión de femenino y masculino en los cuales las enseñanzas se fundamentan.

Si ustedes permanecen fieles en su matrimonio en la visión de la sabiduría y siempre, en su vida en común, trabajen para traer un mayor beneficio para ustedes y para los otros, a corto o largo plazo, su relación producirá nada más que felicidad en ésta y en vidas futuras, y vuestra unión corporificará la esencia de los principios del Dharma sagrado.

Que todos los seres puedan beneficiarse.

Deja un comentario